LOS PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO Y DE PIEL EN GATOS PUEDEN IR UNIDOS
¿Sabemos diferenciar cuándo los problemas de comportamiento nos dan problemas de piel y cuándo los problemas de la piel nos dan cambios en el comportamiento?
En medicina humana está muy estudiada la influencia del estrés en la aparición o en el agravamiento de problemas médicos. Una de las relaciones que más comentamos es la que existe entre el estrés y los problemas que aparecen en la piel. Y en nuestros gatos, ¿ocurre también lo mismo?
Hay lesiones en la piel que pueden tener una relación directa con problemas de comportamiento. Lamerse en exceso, morderse las uñas, o rascarse con las uñas, pueden ser comportamiento de sustitución.
Pero ¿qué son los comportamientos de sustitución?
Cuando nuestro gato se encuentra en una situación en la que no sabe cómo debe responder de forma correcta, puede comenzar a realizar una actividad diferente para disminuir la ansiedad. Esta actividad no tiene nada que ver con la forma de resolver el problema; pero le hace concentrarse en otra cosa y sentirse bien. Y lamerse es una de estas actividades.
Este gesto se convierte en una rutina que comienza siempre igual, puede pararse a observar, olisquear y luego comenzar el lamido, o a rascarse o morderse y puede estar así mucho rato, tal vez no pare hasta que no le distraigamos de alguna manera.
El problema de estos comportamientos, a parte de las lesiones que se producen, es que no les permite adaptarse a las situaciones, no tienen ningún significado ni ninguna función. Al principio estaban relacionadas con la situación que les produce un estrés especial, pero poco a poco se van separando de ese momento y pueden aparecer varias veces al día, en cualquier situación, llegando a interferir con las actividades de la vida normal.
El origen y las causas pueden ser muy variadas
Debemos conocer y analizar bien a nuestro gato. Hay factores de riesgo relacionados con su predisposición genética, con su temperamento, con la edad, con un estímulo físico (por ejemplo: una herida o una lesión), y con las condiciones del entorno. Vamos a ver unos ejemplos:
* Hay algunos gatos que debido al entorno en el que se criaron, se asustan más que otros cuando tienen que vivir en condiciones diferentes. Si a un gato asustadizo le ponemos en un lugar en el que no tiene medios para evitar los estímulos que le dan miedo, puede comenzar a realizar este tipo de conductas de sustitución.
* En otras ocasiones el desencadenante es el cambio en la rutina: los cambios de domicilio, de muebles o de horarios, el tener que convivir con una mascota nueva, un nuevo miembro en la familia o la falta de alguno de ellos. A veces los gatos comienzan a avisarnos de su estrés con marcajes con orina; pero si les regañamos porque no interpretamos bien sus señales de alarma, el problema puede agravarse.
* También puede deberse a una falta de estímulos visuales o por falta de actividad.
Consulta con tu veterinario
Algunos cambios en el comportamiento pueden comenzar siendo muy sutiles: se acicala más de lo habitual o por el contrario comienza a acicalarse menos. Pero si dejamos pasar el tiempo pueden llegar a ser problemas serios para su salud. Se pueden provocar la aparición de zonas de pelo roto, calvas, rozaduras por el lamido o heridas por los arañazos y mordiscos que luego se pueden infectar.
El veterinario tendrá que hacer un diagnóstico profundo para diferenciar si es un problema de comportamiento o es un problema diferente que se manifiesta con un cambio de comportamiento. No debemos descartar de antemano los problemas médicos pensando que nuestro gato tiene la “manía” de rascarse… ya que pueden existir problemas dermatológicos, alergias (a ciertos alimentos, a las pulgas…), problemas neurológicos… Tenemos que saber qué hay detrás de su comportamiento.
Si es un problema de comportamiento tendremos que tratar tanto el problema de la piel como el problema de comportamiento. Y si hay un problema diferente que fue el origen del cambio de comportamiento, también tendremos que tratar los dos temas a la vez.
¿Cómo preparar la visita al veterinario?
Es importante hacer un repaso de lo que sabemos de nuestro gato:
* dónde se crio, que suele hacer, cómo es la casa en la que vive, cuáles son las rutinas y horarios, qué ha cambiado últimamente (pensar en pequeños o grandes cambios, desde una mudanza, obras en el barrio, al tipo de comida que le damos, …)
* Cuándo comenzó el comportamiento, cómo era la situación en la que nos dimos cuenta, cuando lo hace ahora, qué hemos hecho para evitarlo…
* Qué otros cambios en el comportamiento le hemos visto (marca con orina, con arañazos, usa menos las bandejas, come más …)
¡Los detalles son importantes y ayudan a la hora de hacer un buen diagnóstico!
Y Feliway podrá ayudar bien disminuyendo la ansiedad que es la causa del comportamiento, o calmando la ansiedad que el picor o el problema médico le está produciendo.
Dependiendo de cuál sea el origen, el veterinario nos propondrá soluciones diferentes:
* las feromonas faciales de Feliway harán que disminuya la ansiedad.
* Además, deberemos ayudarle para que recupere el control sobre su entorno: que pueda escapar de las situaciones que le preocupan, por ejemplo.
* Si tiene conflictos con miembros de la familia o con otras mascotas, tendremos que revisar si tiene suficientes vías de escape si quiere estar solo y seguro, ¿puede evitar cruzarse con quién le preocupa cuando tienen que ir a la bandeja, a comer, a descansar…?; podremos establecer horarios predecibles y también contactos sociales predecibles: horarios para comer, para jugar…
* Sabemos que hay algunos gatos que prefieren jugar a saltar y cazar al vuelo los juguetes con plumas y otros que prefieren correr persiguiendo a sus muñecos… es importante la variedad y que se los cambiemos para que no se aburran.
(Articulo original propiedad de Feliway España (Grupo CEVA Salud Animal)